Como hemos escuchado, estamos atravesando una situación de crisis sanitaria global. Y pensando en esta crisis, se me vine a la cabeza una frase de René Kaës… “El hombre se crea hombre gracias a las crisis y su historia transcurre entre crisis y resolución, entre ruptura y sutura”. 

La crisis implica una ruptura abrupta y un cambio. Kaës alude a esta ruptura de una forma muy particular, ya que junto al caos que implica este cambio abrupto, se encontraría la esperanza de la sutura. Crisis implica un peligro, pero a la misma vez, una oportunidad.  

Interesante… en estos tiempos en los que vivimos, Byung-Chul Han, un filósofo de Corea del Sur, contemporáneo, sugiere que vivimos en la sociedad del rendimiento. El exceso de trabajo, del rendimiento y la constante preocupación por la productividad tiende a agudizarse y a provocar la autoexplotación, siendo así que, el hombre se convierte en explotador y explotado a la misma vez, en otras palabras; es verdugo y víctima de sí mismo. Las enfermedades psíquicas propias de esta sociedad del rendimiento no son más que las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica. La depresión sobreviene cuando el sujeto siente que no se está a la altura, porque “no puede poder más”, en medio de una sociedad que emite el mensaje: “nada es imposible”, siendo que, promueve un exceso de positividad. 

Un virus que azota a la humanidad… vaya herida narcisista… 

Un virus, que cuando lo que prima en estos tiempos es el rendimiento y la productividad nos obliga a parar, a “guardarnos”… a quedarnos quietos, adentro de casa, a cuidarnos y también cuidar a los otros, a nuestros niños y adultos mayores, a volver a nosotros mismos, a recobrar una mirada introspectiva, nos invita a mirarnos, a pensarnos, repensarnos en relación a nosotros mismos, y en relación a los demás, a volvernos solidarios, a compartir tiempo de puertas adentro, despertando nuestra mejor creatividad posible y tal vez así, también recobrar algunos espacios perdidos en la vorágine de todos los días. 

En la era del 4G, en que vivimos hiperconectados, y somos bombardeados por una enorme cantidad de información y de noticias que nos llegan de forma tan acelerada… es tal vez, preciso hacer una pausa, interponer un pienso y apelar al conocimiento, que es un arma poderosa para tomar las medidas precisas y conservar la calma… es ese punto de equilibrio justo y  necesario, para no caer en el pánico, ni banalizar el problema. 

Y tal vez, como dice Jorge Drexler: “de esta saldremos juntos poniendo codo con codo”.

Y tal vez, varios “tal vez”… tantos como los que cada uno y a cada momento encuentre…

Porque ya ves… de eso se trata la vida… de transitar entre ruptura y sutura, de crecer y evolucionar. Porque…como diría Mario Benedetti: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas”.

 

Lic. Psic. Nikol Grimberg

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